1. Padre, ama a la madre de tus hijos. Nada les dará más seguridad y paz que ver que tú la amas con el amor que siempre busca su bienestar (AGAPE en el griego), que la quieres como tu mejor amiga (FILEO) y que te gusta estar con ella como tu mujer (EROS).
Madre, respeta a tu marido y sométete a él en las decisiones y planes, en las responsabilidades que te tocan y en el orden de las actividades. Nada va a ayudar más a tus hijos a obedecerte a ti que ver que tú obedeces a su papá.
2. Padre, pasa tiempo con tus hijos, con todos juntos como familia y con cada uno como individuo. Haz las cosas que ellos quieren hacer y platica de las cosas de la vida.
Madre, aprovecha mejor tu tiempo con los hijos para saber qué problemas traen y qué están pensando de lo que la familia está experimentando. Luego, comparte con tu esposo lo que no es una confesión íntima para que él pueda tomar mejores decisiones y hacer buenos planes.
3. Padre, gana el derecho de ser escuchado escuchando a tus hijos cuando quieren hablar. Desarrolla el arte de hablar con preguntas que les ayudarán a abrirse más. Nunca una que puede ser contestada con una sola palabra, por favor.
Madre, tú que sabes hablar bien, enseña a tus hijos a hablar con humildad y franqueza, sin ese tono de soberbia que no se abre para aprender u oír otra opinión. Tu hablar con ellos y tu esposo les enseña mucho sobre este arte.
4. Padre, disciplina con ternura, no con ira. En todas las edades esta cualidad es importante, pero especialmente con los adolescentes. Muéstrales cómo te duele a ti tener que hacer esto, mostrando cómo le duele a Dios cuando te tiene que disciplinar a ti.
Madre, toma en serio la responsabilidad de la disciplina. Aprende a darla con calma y oración al Padre Celestial para que sea una lección positiva para tus hijos.
5. Padre, sé un modelo digno de admiración. Nuestra meta debe ser un ejemplo digno de ser imitado porque es natural que los hijos nos imiten, sea bueno o sea malo el modelo que damos.
Madre, tu ejemplo se ve aún más que el de tu esposo. El carácter suave y honroso es aprendido por los hijos más en el hogar que en cualquier otro lugar de su vida.
6. Padre, sé un maestro de tu familia en las cosas importantes de la vida espiritual como también en cosas prácticas que les capacitan para la vida. Tareas caseras son buenas para esta enseñanza.
Madre, tienes que ser maestra ayudante de los maestros en el colegio. Los hijos no lo pueden aprender todo en el colegio y necesitan remacharlo todo en casa. No se te olviden las lecciones espirituales que necesitan aprender en la práctica.
7. Padre, arregla tu horario para comer con la familia. Más cosas se aprenden en esta atmósfera de lo que tú piensas. Abarca temas de interés cultural, político, espirituales, etc. Usa ese tiempo sabiamente.
Madre, invierte tiempo para estar en la mesa con la familia cuando los hijos están en casa y el padre no puede estar. No desperdicies las oportunidades en la mesa para hablar de cosas serias y buenas.
8. Padre, lee a tus hijos buenos libros apropiados para su edad con sana doctrina y pensamientos edificantes. La lectura es una costumbre adquirida como el gusto para el arte y la buena música.
Madre, sé un buen ejemplo en la lectura y comparte lo que estás aprendiendo. Toda información buena es como semilla en los corazones de los niños y jóvenes.
9. Padre, muestra tu afecto para cada hijo y la familia equitativamente, con actos y regalos que demuestran cómo piensas en ellos.
Madre, uno de los poderes más fuertes en la vida es el amor maternal. Nunca dejes de mostrarlo, aún cuando hay problemas en la relación. Es un imán fuerte para el bien.
10. Padre, acepta esta gran verdad: tu tarea y responsabidad es para siempre. Sólo cambia de formas y métodos con el cambio de edades.
Madre, tus responsabilidades nunca terminan pero tus oportunidades se van desapareciendo con el tiempo. Así que, no pierdas el tiempo.
Fuente:Los navegntes/Fundamentos para la familia 33/Samuel y cari clark