El Poder de las Palabras

La lengua es un miembro pequeño, del cuerpo,  pero peligroso, puede construir pero también puede destruir; difícilmente lo que destruye vuelve a estar como antes.

Existen  palabras que son poderosas, por ejemplo decir un “te amo”, “gracias”, cuando tu dices estas palabras las personas se sienten llenas y plenas, se sienten bien como debiste sentirte tu cuando te las dijeron. Pero así como hay palabras poderosas para bendecir, para animar, para levantar; también hay palabras peligrosas que pueden destruir una vida.
Las palabras son tan fuertes que pueden causar desde divorcios hasta quiebra de negocios, esto sucede porque lo que dices con tus palabras es lo que realmente eres; no es lo que entra lo que contamina sino lo que sale de la boca; de la abundancia del corazón habla la boca. El egoísmo y el orgullo del hombre son la causa de las palabras destructivas, cuando alguien no reconoce sus errores y piensan saberlo todo, sin siquiera tomar en cuenta las opiniones de los que le rodean, de su  boca salen palabras que lastiman y hieren y hasta matan ( en el sentido de que destruyen los ideales y los sueños de otros).

En la vida y en los negocios no es lo que tú sabes lo que realmente importa. Es lo que haces con lo que sabes. Es la acción que tu tomas para moverte en la dirección de tus objetivos y alcanzar tus sueños. La próxima vez que estés a punto de pronunciar palabras destructivas, toma una pausa por un momento y piensa que puedes aprender de lo que sucede en ese instante, no te cierres a nuevas realidades, posibilidades y oportunidades. Cuando vives en una actitud de aprendizaje puedes ayudar a la gente que te rodea y expandir tu capacidad de acción, puedes moverte a otros niveles. Aprender es tener la competencia de producir resultados distintos y efectivos.

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