La Verdadera Belleza




Soy fea”, “Estoy gorda”. ¿Cuántas veces hemos dicho estas frases? Ninguna mujer se libra de la autocrítica respecto a su físico…. ¿Y por qué? O mejor dicho, ¿para qué?
Desde pequeñas se nos educa para que aceptemos la sumisión, para que nos casemos y seamos madres, para tener un marido y una familia,. En definitiva, para ser lo que se pretende que seamos… ¡Y si la niña es fea cómo va a echarse un novio! .
El feminismo aboga por la igualdad de la mujer ante el hombre pero dicha igualdad no se consigue luchando contra el sexo opuesto sino contra nosotras mismas, pues somos nosotras, las mujeres, nuestras peores enemigas y quizá, sin darnos cuenta, mucho más machistas que cualquier sexista acérrimo.
Dicho machismo no sólo se sostiene en la educación que damos a nuestros hijos varones o en aceptar ser “mujeres florero”,  como muchos creen, sino en la idea que tenemos de nosotras  y en lo que basamos nuestra . ¿Es la  el termómetro  de la  de muchas mujeres? Desgraciadamente, sí. Nos autoengañamos pensando que un aspecto perfecto (cosa que no existe) nos va a abrir todas las puertas… Atraer a un hombre, tener amigos, conseguir un trabajo…
Esto, como todo, tiene un precio: Nos infravaloramos, nos obsesionamos con perseguir un ideal de , nos deprimimos o entramos de lleno en el juego de la frivolidad, pasando por quirófanos o gastándonos un dineral en mejorar nuestro aspecto externo para ser aceptadas.
La felicidad, chicas, no gira en torno a la . Podría repetir lo que hemos oído tantas veces (y que nunca nos creemos, no sé por qué) sobre las mujeres orgullosas de ser como son. Podría enumerar casos de mujeres que han obtenido el éxito o que se sientes completamente realizadas, valoradas y apreciadas sin poseer un aspecto exterior perfecto. Pero todo eso lo habéis escuchado cientos de veces.
No podemos negar que, desgraciadamente, el físico desempeña un papel fundamental, pero no son sólo los hombres los culpables, nosotras también debemos adjudicarnos parte de la culpa porque entre nosotras existe rivalidad, crítica y malicia.
La  no deja de ser algo meramente subjetivo porque no todos tenemos los mismos gustos a la hora de determinar quién nos parece atractivo. La  no se basa sólo en lo externo sino en multitud de factores.. Y la  no ha dado la felicidad, ni nunca lo hará. Un caso conocido y que debería servirnos de ejemplo es el de la mítica Marilyn Monroe, una de las mujeres más deseadas de todos los tiempos…. Una mujer que se quitó la vida y que nunca logró ser feliz.
Fuente: somosnosotras.com/soy fea, estoy gorda.

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