Primero que nada con respeto, con una buena actitud, vestidas de un espíritu afable y apacible. No reclamando, ni irrespetando, ni juzgando, ni criticando a su esposo. Normalmente, cuando un esposo siente el cariño y la comprensión de su esposa, estará mucho más dispuesto a reconocer sus errores y a cambiar. Si después de tener una actitud correcta como esposa, el abuso llega a niveles que te lastiman muy fuertemente, entonces debes buscar ayuda de inmediato en tu Iglesia o alguna Institución que te proteja.
Hay muchos casos de hombres que no pueden controlarse y lastiman a su cónyuge y luego se arrepienten, pero vuelven a caer. Entonces ese hombre necesita una sanidad interior que le ayude a controlar esa área. No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición. I Pe 3:9.
Devolviendo insulto por insulto o mal por mal, no se gana nada; Empeora. Entonces la instrucción es perdonar y bendecir a quien nos haya ofendido.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado.
CUÍDALO!
Fuente: renuevodeplenitud.com/ Qué Hacer con el Abuso en el Matrimonio/Luis Alberto y Hannia Fernández