Tipos de Celulitis y cómo Tratarlas

La celilutis, es un mal que todas las mujeres repelemos, pues solo  pensamos en lo feo que queda.
Pero no has pensado en conocer sobre esta? Pues conociendo algo es como sabemos contrarrestarlo o evitarlo. La celulitis no es mas que un desorden funcional y estético, manifestado por la acumulación de líquidos y grasas que se juntan en determinadas zonas nuestro cuerpo, siendo los mas comunes los muslos, nalgas y el abdomen.

Se trata de un mal común, ya que de todas las mujeres en el mundo, el 90 por ciento padece de la también llamada piel de naranja. Su evolución se presenta en tres etapas, de los cuales nunca es conveniente llegar al tercero.
1. Celulitis edematosa o circulatoria, que es la incipiente. Casi siempre se la asocia a las piernas cansadas, una deficiente circulación o a la retención de líquidos.
2. Celulitis quística, que es la mas reconocida Piel de naranja, que nombrábamos mas arriba. Este tipo de celulitis es el que se ve en algunos puntos, presentando nódulos marcados. La celulitis quística se presenta como dura y fría al tacto, y puede decirse que se encuentra en el punto medio de gravedad.
3. Celulitis dolorosa, que produce dolor al momento de ser tocada o rozada.

Siempre es conveniente comenzar a tratar la celulitis estando en la segunda o primera etapa. La celulitis se trata haciendo los ejercicios que detallaremos a continuación.

1. Con los pies juntos, nos pondremos en puntas de pie, aguantando en esa pose unos 5 segundos, para luego volver a bajar los pies lentamente. Se recomienza realizar 3 series de este ejercicio, de unas 15 repeticiones.
2. Sentadillas. Separar las piernas un poco más que el ancho de nuestros hombros y hacer que las rodillas y las puntas de nuestros pies permanezcan abiertas y mirando hacia los costados. Manteniendo la espalda recta y tratando de no mirar el suelo, deberás flexiona las rodillas hasta los 90 grados. Hacer tres series de 15 repeticiones, tres veces a la semana.
3. Abdominales. Ponte boca arriba, dobla tus rodillas apoyando los pies sobre el suelo, y pon los brazos cruzados sobre el pecho o abiertos a los costados de la cabeza y mira al techo. Tendrás que levantar el tronco unos 30 centímetros del piso, hasta que sientas cierta tensión en el abdomen. Espera 5 segundos, y vuelve a la posición normal. Es importantísimo que la fuerza la realices con el abdomen y no con el cuello, como suele suceder. La barbilla debe estar siempre separada del pecho. Este ejercicio debe hacerse de a 3 series de 15 repeticiones por día.

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