Los hombres fumadores tenían casi el doble de desarrollar este trastorno, ya que presentaban resultados positivos del factor reumático (FR), el anticuerpo que ataca al organismo en el 80 por ciento de las personas que desarrollan artritis reumatoidea. Esta circunstancia se daba también en quiénes habían sido ex fumadores.
Al analizar el FR positivo, el equipo halló que este riesgo hasta se cuadriplicaba en los fumadores, se triplicaba en los que alguna vez habían fumado y hasta se multiplicaba por 2,5 veces en quiénes habían tenido el mal hábito del cigarrillo pero lo habían dejado.
Los hombres que habían fumado por lo menos 20 cigarrillos diarios durante 20 años eran 2,3 veces más propensos a tener AR; en las mujeres, ese riesgo aumentaba 1,75 veces.
En conclusión, los investigadores aseguraron que el cigarrillo está entonces asociado a la producción de FR. Y, esta relación entre el FR, la AR y el tabaquismo sería distinta en las mujeres, según se cree, por factores hormonales. Fumar en todas sus formas es un factor de riesgo significativo de AR, concluyó el equipo.