La dieta mediterránea reduce entre un 40 y un 50% el riesgo de sufrir depresión, publicada hace unos días en la revista más importante de Psiquiatría, Archives of General Psychiatry, fue fruto del seguimiento a la alimentación de 10.094 personas participantes en un gran estudio. Se trata del macroproyecto SUN (Seguimiento de la Universidad de Navarra), iniciado en 1999, en el que participan ya 20.000 voluntarios, de financiación pública -a través del Instituto de Salud Carlos III- y con colaboración de diversas universidades españolas, entre ellas la de Zaragoza -participan las profesoras Iva Marques y Marta Fajó.
Ninguno de los 10.094 participantes sufría depresión al inicio del estudio. "A todos se les realizó un seguimiento durante cuatro años y medio y se observó que 480 desarrollaban una depresión, clínicamente diagnosticada", explica el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra Miguel Ángel Martínez-González. Y fueron aquellos que tenían menor adhesión a la dieta mediterránea los que más desarrollaron la enfermedad, mientras que quienes mejor seguían ese patrón de alimentación tradicional presentaban una reducción de entre un 40 y un 50% en el riesgo de padecer depresión.
La dieta Mediterranea repercute en el mejor funcionamiento de los neurotransmisores, responsables de comunicar unas neuronas con otras. El más importante es la serotonina, que para sintetizarse necesita vitaminas del grupo B y ácido fólico, presentes en las frutas (plátano, frutos secos...). Está demostrado que la serotonina incide en el ánimo, y de ahí que ayude a prevenir la depresión.
También hay estudios que demuestran la función preventiva de la dieta mediterránea reduce la incidencia de demencias seniles como el mal de Alzheimer. Así lo prueba la investigación llevada a cabo por el neurólogo Nicholas Scarmeas, quien corroboró que una mayor adhesión a la dieta mediterránea está directamente asociada con una reducción del deterioro cognitivo.
También ayuda a reducir el riesgo de sufrir diabetes tipo 2, rebaja del índice metabólico y, con él, del perímetro de la cintura y todo lo que implica.