La causa de todas nuestras miserias es nuestra radical ignorancia y mal trato hacia nuestro prójimo y Dios mismo. El pecado a traído como consecuencia trastornos en las relaciones del hombre con su Creador y su semejante.
El hombre adoptó una actitud equivocada con respecto a Dios, y con eso deshizo los medios de comunicación con su Creador, en la cual, sin que él se diera cuenta, descansaba su felicidad. La salvación es, esencialmente, la restauración de esas relaciones, es decir, el retorno a la relación normal del uno con el otro.
Una vida espiritual satisfactoria debe comenzar con un cambio completo en las relaciones entre Dios y el hombre pecador y la ayuda que los hombres se dan entre si. Cuando el ser humano empieza a relacionarse con su prójimo a preocuparse por su situación a solidarizarse y hacerse participe de sus sentimientos se empieza a restaurar su relación, automáticamente, con Dios y vive la vida llena de felicidad y satisfacción, porque no hay nada que de más gozo y tranquilidad que saber que no estamos demás en el mundo y que estamos aquí no por el solo hecho de estar, sino con la finalidad de ser una bendición para los demás; cando hayas comprendido esto y actuado, llegaras a la plena felicidad y comunión con Dios, la paz sera una realidad en tu vida.
A continuación te presentaremos un vídeo sobre la importancia de la socialización temprana, disfrútalo.