El envejecimiento de la piel empieza a partir de los 25 años, provoca gradualmente cambios en la piel, pero que pueden acelerarse significativamente por hábitos erróneos en los estilos de vida o de la relación que tengamos con el entorno. A partir de los 25 años la piel empieza a envejecer de manera natural.
La exposición solar provoca un envejecimiento prematuro de la piel. Es necesario conocer el fototipo de nuestro cutis para poder conocer los efectos que el sol puede ejercer en nuestra piel.
El tabaco genera radicales libres (agentes oxidantes que dañan la piel y provocan un envejecimiento prematuro), que pueden ocasionar efectos negativos en el cutis como, una reducción del grosor de la epidermis o la deshidratación.
El estrés, tanto el ocasional como el que se genera fruto de un ritmo de vida frenético, es un agente oxidante que tiene efectos negativos en la piel, acelerando su envejecimiento.
Apariencia: A partir de los 25 años es esencial un cuidado diario con cremas que ayuden a mantener y cuidar la apariencia; especialmente es recomendable el uso de una crema de día con agentes fotoprotectores y de un contorno de ojos.
Prevención: Desde los 35 a los 45 años hay que aplicar productos que trabajen la prevención ante los efectos prematuros de la edad como sérum, contorno de ojos, crema de día con agentes fotoprotectores y crema de noche. A esta edad ya es recomendable utilizar productos con tecnología antienvejecimiento.
Reparación: A partir de los 45 años hay que usar productos que, a través de sus principios activos (sobre todo CLA4 y Retinol), ayuden a regenerar la piel para frenar el envejecimiento que en ella se produce. En este caso es imprescindible utilizar sérum, contorno de ojos, crema de día con agentes fotoprotectores y crema de noche.