Los adolescentes, principalmente, miran preocupados al espejo. Viven una etapa caracterizada por cambios fisiológicos, emocionales y sociales que provocan una exigencia excesiva por su imagen corporal. Algunos autores subrayan que esta ansiedad es diferente según el sexo. Mientras los chicos se preocupan por los músculos, la mayoría de las chicas posee unos ideales de belleza asociados a la delgadez, en la mayoría de los casos, por debajo de una talla saludable.
Si bien son las chicas quienes presentan con mayor frecuencia un peso normal y los chicos quienes padecen más sobrepeso y obesidad, la percepción del propio cuerpo como obeso es mayor entre las chicas.
Esto afecta también al hábito de seguir una dieta (más frecuentes entre las chicas) y al nivel de satisfacción que una persona tiene de su imagen corporal (más bajo entre ellas).
La satisfacción que tienen los adolescentes con su imagen corporal afecta al modo en que se perciben en el caso de las chicas, pero no en los chico. Por ejemplo, los chicos poco satisfechos con su imagen corporal no necesariamente se perciben gordos, pero en las chicas es muy probable que esto ocurra.
Esto es motivo de preocupación, porque las percepciones inadecuadas de peso pueden dar lugar a comportamientos poco saludables, como los trastornos alimentarios.
Para que un adolescente viva feliz y tranquilo solo debe aceptarse asimismo mentalmente y no afanarse por ser delgado, eso no quiere decir que no mantenga un peso saludable, sino que no llegue al extremo de descuidar su salud solo para ser delgado.