Los índices de violencia intrafamiliar son mayores cada año, al igual que los niños maltratados y madres solteras; todo esto influye en los niños y le va inculcando una forma de ser agresiva, pues ellos nacen con necesidades de amor, cuidado y afecto y en esta generación no están recibiendo lo que necesitan.
Ningún niño nace malo, con el tiempo se hace agresivo e insoportable por las influencias del medio en que vive y las personas que le rodean, pues recuerde que los niños aprenden de lo que ven.
Para evitar que los hijos empeoren su conducta o adquieran conductas agresivas, los padres deben velar por su hogar, pues la familia es la célula que mantiene en buen estado la sociedad. Las conductas de los niños siempre reflejan alguna situación familiar. Si en a casa no hay golpes ni arañazos, pero hay un niño(a) agresivo (a) es porque algo sucede.
• Relaciones muy marcadas por rivalidad fraterna: hijos que resienten diferencias de trato de parte de los padres a los hermanos(as).
• Relaciones de pareja marcadas por control y dominancia.
• Desconfirmación de alguno de los miembros de la familia: sea el niño que lo vive en carne propia, o que ve como papá desconfirma constantemente a mamá, o viceversa.
• Reclamos afectivos no expresos o demanda de atención a uno o ambos padres: Lastimosamente, solo la encuentran agrediendo a otros.
• Familias que tienen miembros con tendencias explosivas: que dan miedo cuando se enojan porque aunque no pegan, tiran cosas, gritan, insultan….
Padres si su hijo es agresivo no deje eso al tiempo, busque ayuda profesional y de Dios, porque es mas fácil solucionar este problema en la niñez que en la adultez, pues en los adultos estas conductas se pueden asociar a la larga con rasgos sádicos y perversos de la personalidad. No caiga en el error de simplificar la conducta y mucho menos de justificarla o colocarle en el lugar de víctima.