Aprende a dejar ir aquello que te hace mal, no se puede estar todo el tiempo hablando de tus sufrimientos, debes aprender a soltar. Es una realidad que duele, sufres y lloras, pero es mejor sufrir varios meses que toda la vida, llorar unas cuantas semanas que hasta la muerte. Reflexiona un tiempo en silencio, pienza en lo feliz que puedes ser sin ese alguien que te hace daño, recuerda que el noviazgo es la antesala del matrimonio y si en un noviazgo simple estas en esa condición, imagínate si estas casada/do.
Lamentablemente en un noviazgo no siempre la gente actúa como es realmente, mira las cualidades negativas de tu enamorado/da y analiza si podrás soportar esas cualidades toda la vida. El noviazgo es momentáneo el matrimonio no lo es... a menos que te cases pensando en divorciarte, lo cual es horrible... mejor analiza bien tu etapa de noviazgo, no uses los sentimientos par ello; no olvides que nadie cambia a nadie, cada quien cambia por decisión propia o por un milagro de Dios.
Nada en esta vida nos pertenece, ni siquiera nuestra vida, todo es prestado, nada es eterno. Recuerda cómo era tu vida antes que tuviesen tantos problemas, donde el sufrimiento hizo nido en tu corazón, donde quedó la mujer y/o el hombre que soñaba con lograr objetivos y alcanzar metas, donde está esa persona luchadora que más de alguna vez fue modelo a seguir para otras personas. Intenta buscar dentro de tu ser qué pasó con aquella persona que una vez fuiste, y vuelve a pensar que eres muy especial, vuelve a creer en ti misma/mo, en tus capacidades para amar, para trabajar, para volver a ser la mujer y/ o hombre segura/ro de sí misma/mo que antes eras, antes que llegara esa persona que te anuló por completo.
No es nada fácil volver a reír sin parar, no es fácil cuando sólo quieres llorar. No es fácil volver a entregar el corazón cuando te lo han roto varias veces, pero se puede, si pones de tu parte podrás; hay que saber soltar, dejarlo/la ir, dejar ir a todo lo que te rodea (sea material o sentimental), dejar marchar aquellas cosas que no te hacen feliz. Volverás a renacer, volverás a vivir la vida sin estar sufriendo o todo el día hablando de tus penas. Hay vida para ti, hay esperanzas dentro del dolor, hay que confiar más en Dios, el puede tener algo mejor para ti que te haga verdaderamente feliz, haz un ejercicio:
-Respira-
Suelta… y vuelve a vivir.